lunes, 13 de julio de 2009

PELEANDO LA BATALLA GANANDO LA GUERRA

Como discípulos de Cristo, debemos entender claramente que estamos inmersos en una antigua batalla, antes de venir a Cristo, no sentíamos esa lucha pues éramos arrastrados por la corriente del mundo lo mismo que todos los demás.

1Y él os dio vida a vosotros, cuando estabais muertos en vuestros delitos y pecados, 2en los cuales anduvisteis en otro tiempo, siguiendo la corriente de este mundo, conforme al príncipe de la potestad del aire, el espíritu que ahora opera en los hijos de desobediencia, 3entre los cuales también todos nosotros vivimos en otro tiempo en los deseos de nuestra carne, haciendo la voluntad de la carne y de los pensamientos, y éramos por naturaleza hijos de ira, lo mismo que los demás. (Ef 2:1-3).

Ahora bien, si queremos salir bien librados en esta lucha, es necesario conocer bien a nuestro enemigo, en una guerra física ese es uno de los primeros pasos para poder obtener la victoria… por eso la palabra nos dice: 11para que Satanás no gane ventaja alguna sobre nosotros; pues no ignoramos sus maquinaciones (2Cor 2:11).

1. ¿POR QUÉ ESTOY INMERSO EN UNA BATALLA? Al poseer vida nueva en Jesús cambiamos de Amo, antes servíamos a Satanás (lo quieras creer o no), íbamos con la corriente “un pez muerto arrastrado junto con otros muchos peces muertos”.

2. NUESTRO ANTIGUO DUEÑO SE HA CONVERTIDO EN NUESTRO ENEMIGO. La tarea de Satanás es “Robar, Matar y destruir” (Jn 10:10), por diferentes medios el enemigo incita a la gente a su auto destrucción, usando como carnada la CONCUPISCENCIA (Lujuria) de cada persona, la concupiscencia o lujuria, son todos aquellos deseos o pasiones desordenadas que batallan contra nuestra alma, la lujuria es como “la sangre” que da vida al mundo. Existe la lujuria por el sexo, el poder, el dinero, la fama, la vida material... etc.
Como Cristiano tienes que saber que la lujuria es un “monstruo” que jamás se sacia, así que no lo alimentes (Stg 1:13-15) . Si alimentas tu propia concupiscencia, lo único que cosecharás de eso será tu propia destrucción.

3. ¿CÓMO VENCEMOS EN LA BATALLA ESPIRITUAL? Para vencer en esta batalla, primero debes conocer contra quien peleas:
• Primero, batallas contra tu propia carne. (La concupiscencia). Si tu eres Cristiano, debes darte cuenta como ya dijimos, que no puedes alimentar a “tu monstruo” (tu vieja naturaleza), debes abstenerte de todo aquello que tu mismo sabes fortalece tu antigua naturaleza (1Cor 9:25) (Gal 5:23) . NO ALIMENTES TU CARNE (TU MONSTRUO), CRUCIFICALO. Un cristiano carnal no puede prevalecer en la lucha espiritual.
• Segundo, batallas en contra de un ejército bien organizado de tinieblas, comandado por el “dios de este siglo”, Satanás. El Diablo es un enemigo astuto y muy poderoso, es un maestro del engaño, la mentira y el disfraz, su éxito radica en hacerle pensar a la gente que “las cosas no son tan malas” o que de plano “están bien” (2Cor 11:14) . Detrás de todas las obras de la carne hay una fuerza espiritual de tinieblas que la promueve (Gal 5:19-21) . Descubierto el enemigo hay que hacerle frente.
• Tercero, ahora que sabes donde esta tu adversario y quien es, debes atacarlo con las armas que Dios nos ha dado:
a. Lo reprendemos con la Palabra, así venció Cristo a Satanás en el desierto (Lc 4:4-12) .
b. Lo reprendemos con la autoridad que Cristo mismo nos delego como sus hijos. (Lc 10:19) .
c. Hacemos guerra protegidos por la cobertura de la sangre de Cristo, somos limpios y justos ante Dios, el enemigo no puede avergonzarnos “hemos vencido por medio de la sangre del Cordero” (Ap 12:11).

HERMANO SI YA ESTAS HARTO DE QUE SATANÁS ESTE ROBANDO TU VIDA, TU FAMILIA, TU CIUDAD, TU ESTADO, NUESTRO PAÍS, LEVANTÉMONOS Y PONGÁMOSLO EN SU LUGAR... BAJO NUESTOS PIES.

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